"Cuando uno no sabe por donde empezar, pero tiene claro su camino."
Así es como te sientes cuando lo único que deseas es ver la sonrisa de esa persona, y saber que estará bien. No sabes por donde empezar para hacerla feliz, pero te das cuenta que cada acto tuyo es justamente suficiente como para que te mire a los ojos y sonría de esa manera tan magicamente peculiar, y consiga contagiarte una sonrisa, o tal vez dos. Y sonrío de felicidad, sabiendo que también soy capaz de sacarle una sonrisa, quizás hasta sin querer.
Tengo la sensación, y me atrevo a decir que de alguna manera o de otra, por una situación o por una diferente, él siempre consigue sacarme una preciosa sonrisa. Pero no hay cosa más bonita, que cuando sonreímos los dos en el mismo instante.
Luego está su mirada, de color café oscuro. Que tiene ese magnetismo que en algunos momentos no consigo apartar mi mirada de esos ojos. Porque es una mirada que me dice demasiadas cosas, pues no hace falta que hable en muchas ocaciones. Y es que podría decir que tengo el don de saber como es una persona a través de su mirada. Y todo lo que me hace ver la suya me gusta demasiado.
Y no hay nada más bonito que una sonrisa contagiosa acompañada de unos ojos que consiguen elevarte al séptimo cielo.
Escuchando: ("Kid Rock - Rock on")
~ PD. Ayer fué el cumpleaños de Erik y fuímos todos a tomar algo. Nacho le regaló un bigote y unas maracas, y yo un sombrero mexicano. Luego fuímos a cenar al Kudamm con cacho platos ñamñam.
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