Querido lector, ¿sabes de esas ganas que tienes a veces de desnudarte inconscientemente?
Esas situaciones en las que estás sola, tirada en tu cama. Tus ojos están cerrados, entre tus labios se escapa un suspiro y los dedos de los pies se te encojen sin motivo aparente. Una sonrisa se forma en tu cara, y tus manos intentan pellizcar las sábanas que hay debajo tuya. Entonces tu mano se te acerca a la cabeza, y empiezas acariciándote muy cerca de la oreja, ahí donde te gusta, porque sabes que te da placer. Y con el mismo dedo te recorres tu misma el cuello, eso hace que te entren escalofríos; pero de inmediato sigues el camino que se traza entre tus pechos, y la mente comienza a hacer su viaje...
"Porque tengo ganas de desnudarte."
Ven conmigo mas allá del sueño de los sueños, a desenredar suspiros con las sabanas enredadas, cuerpo contra cuerpo, desnudos, convulsos, ardientes, locos.
Ven mas allá del sueño de los sueños de noches en vela, de todos mis insomnios, de todos mis sueños de ojos abiertos. Ven conmigo, voy contigo para rozarnos de nuevo, para armarnos como piezas que se encajan sin fisuras una contra otra. Tú sobre mí, o yo sobre ti. Ambos sobre el mundo aplastado por el peso de nuestros cuerpos enredados, desnudos, sudorosos, calientes, agitados de deseo, de amor o de ese término imposible que aún nos queda pendiente de inventar para llamar las cosas por su nombre.
Más allá de todos los sueños posibles e imposibles, más allá de todas nuestras fantasías, más allá del más allá, si es que existe un infinito más allá de éste infinito.
Y es entonces cuando el deseo transforma los suspiros iniciales en gemidos. Y los gemidos son transformados en el momento exacto cuando abres tus ojos y te encuentras de nuevo en tu cama, con tu cuerpo enredado en tus sábanas, fría y esperando a que vuelva un momento de pasión.
Has vuelto a soñar. Es lo que piensas; te das media vuelta, mientras el frío de la habitación hace que se enfríe el sudor que resplandece por tu cuerpo. Exhausta, el último suspiro de la noche es echado por tu boca, por esos labios carnosos que a luz de luna se verían de un color carmín natural, pero es entonces cuando notas el otro lado de la cama caliente.
Y antes de que pienses nada, dos manos te agarran por detrás, y no eres capaz de contener esa sonrisa.
Escuchando: ("The Vaccines - Out of my way")
~ PD. Mañana tengo mi recuperación de gimnasia. Creo que voy a suspender.
En fin, que estoy excitada.
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