Sentirte, te siento.

Hay momentos en los que el aire se respira diferente, y te preguntas por qué una lágrima ronda perdida por tu piel.
Minutos antes tus labios formaban el contorno de una sonrisa, minutos después te encuentras con él perdiendote en el templo del amor, cuando esos labios rozan los suyos y crees que el tiempo se paró. Me rozas suavemente con los dedos y me dices que se quedará flotando el deseo, pero ¿en dónde?
Puedo contarte mil historias de amor, puedo traerte la Luna para que ilumine tus días oscuros, puedo alejar al Sol para que a oscuras puedas esconderte bajo la manta de la indecisión, pero no hagas que sea yo la que rechace Luna y Sol, porque en mí habita el frío y el calor. Soy puro amor. Te avisé hace tiempo, que yo no pienso con la mente, que yo pienso con el corazón.

Descontrolas mis pensamientos y mis sentimientos. Me confundo, me pierdo. Te siento tan cerca, y a veces tan lejos.

Porque ya lo dije una vez, y lo vuelvo a repetir:

"La respiración se descontrola al besar lo sublime de las puertas del hedonismo."