Soy demasiado cobarde de coger la vida por los cuernos y domarla, no soy capaz de enfrentarme a la realidad, siempre voy a ser esa chica que sueña pero que jamás hizo un sueño realidad.
Nunca acabo lo que empiezo, siempre pierdo las ganas y al final me castigo a mi misma por no haberlo logrado. No puedo estar orgullosa de mi misma porque no hago nada para estarlo, mi vida se compone de cosas que realmente no me llenan, y por las cosas que sé que merecería la pena luchar no muevo ni un dedo, porque espero que vengan a mí, pero querida Casandra, sabemos muy bien que eso no pasará jamás.
No soy lo suficientemente fuerte para afrontar la realidad y hacer las cosas lo mejor que puedo, porque me engaño a mi misma intentando convencerme que esto es lo mejor que puedo hacer las cosas, y no es así. Sé que soy mucho mejor que esto, pero no le saco provecho porque no me atrevo a sorprender al mundo, de sorprenderme a mí.
Quiero sentirme feliz por ser lo que soy, solo una vez, una vez en mi vida, haber logrado algo que me haya propuesto, haber luchado hasta el final y poder sonreír con mi alrededor, sabiendo que lo he conseguido por mí misma, sola, que yo he podido, que lo he conseguido, que he luchado.
Debería darme la oportunidad de despertar de una vez por todas, y darme cuenta que la vida es así, que la puedo cambiar de la manera que quiero, pero que solo habrá una manera en la que realmente puedo llegar a sentirme orgullosa de mi misma, mirarme al espejo, y sonreírme sinceramente.
Y esta noche, daré mi último trago como manera de olvido, y empezaré todo de cero. Me beberé la noche para darme cuenta de las estrellas que hay.
Estoy harta, nada cambiará si yo no cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario